Puertas automáticas y apagones: ¿estamos preparados para la emergencia?

02-06-2025

El reciente apagón masivo que afectó a amplias zonas del país ha puesto sobre la mesa una pregunta crítica para todo el sector: ¿estamos realmente preparados con nuestras puertas automáticas en emergencias eléctricas?

Lejos de ser un escenario hipotético, se trata de una contingencia real que exige una respuesta técnica, normativa y de responsabilidad profesional.

El pasado mes de abril, un corte masivo de electricidad afectó a la mayor parte de la península ibérica, dejando sin suministro a innumerables viviendas, negocios y servicios esenciales en cuestión de instantes. Según informó Red Eléctrica esa misma tarde, el incidente, inédito hasta la fecha, fue provocado por una caída brusca de 15.000 MW, lo que representó el 60% del consumo eléctrico en ese momento. Durante varios minutos, el sistema español quedó aislado de la red europea, desencadenando un efecto dominó que colapsó la distribución. A pesar de que la electricidad se reanudó paulatinamente, la normalidad no se alcanzó hasta transcurridas varias horas, cuando se logró recuperar casi la totalidad del servicio.

Una incidencia con consecuencias inmediatas: las fábricas paralizaron su producción, los centros de distribución sufrieron retrasos, los hospitales implementaron medidas de contingencia y las distintas plataformas digitales colapsaron. Y aunque el origen del fallo sigue en estudio, el episodio ha reabierto el debate sobre la capacidad de resistir un evento de tal envergadura.

Algo especialmente relevante no tanto en los sectores anteriormente mencionados, como lo es en aquellos que prestan sus soluciones a todos ellos. En concreto, en el ámbito de las puertas automáticas, la seguridad pasiva no es una opción: es un pilar fundamental. A diferencia de la seguridad activa (detectores, sensores, automatismos), la seguridad pasiva hace referencia a las capacidades físicas y mecánicas del sistema para garantizar accesibilidad, evacuación y funcionamiento mínimo en caso de fallo total del suministro.

Esto implica que las puertas automáticas en emergencias eléctricas, ante una pérdida de alimentación, deben seguir garantizando la protección de las personas y los bienes, ya sea permitiendo la apertura manual, activando un desbloqueo de emergencia o accionando una batería de respaldo. Porque, en entornos como hospitales, centros comerciales, edificios de oficinas o instalaciones industriales, la puerta automática no es solo un punto de paso: es parte del sistema integral de evacuación y control de accesos. Y una puerta que no se abre durante una evacuación de emergencia no es solo un fallo técnico: es una amenaza directa a la vida.

En este sentido, la funcionalidad crítica de estos dispositivos ante situaciones inesperadas debe ser evaluada, testeada y certificada con el mismo rigor que cualquier otro sistema de protección activa contra incendios o catástrofes.

 

RPC 2024: obligaciones normativas más allá del cumplimiento mínimo

Teniendo en cuenta este tipo de eventualidades y sus posibles riesgos, el nuevo Reglamento de Productos de Construcción (RPC) 2024 ha reforzado el marco técnico en lo relativo a puertas motorizadas, correderas, batientes y enrollables. Entre sus exigencias más destacadas se encuentra la obligación de integrar dispositivos de desbloqueo manual, baterías de respaldo o sistemas autónomos de apertura ante cortes eléctricos.

Un marco que también sirve para establecer las funciones de unos fabricantes, instaladores y mantenedores que deberán garantizar no solo la conformidad del producto en condiciones normales, sino su comportamiento seguro en situaciones críticas. De esta manera, la trazabilidad documental, la verificación de sistemas de emergencia y el mantenimiento periódico destacan como elementos imprescindibles en la cadena de conformidad.

En lo referente a estos últimos, los mantenedores, mientras que el fabricante diseña y garantiza la conformidad del producto y el instalador asegura su correcta integración en obra, el mantenedor es quien vela por la seguridad operativa a lo largo de toda la vida útil del sistema. Siendo los responsables de verificar periódicamente que los dispositivos de desbloqueo manual, baterías de respaldo y sistemas de emergencia estén plenamente funcionales, garantizando que, incluso años después de la instalación, la puerta automática responda como debe en caso de fallo eléctrico o emergencia. Una labor imprescindible para cumplir los requisitos del RPC 2024, que establece no solo la conformidad inicial, sino también la conservación del rendimiento técnico y de seguridad en el tiempo.

 

El compromiso de AEPA: seguridad real, no solo regulatoria

Desde la Asociación Empresarial de Puertas Automáticas (AEPA) destacamos que el riesgo de colapso energético, ciberataques o emergencias climáticas no son escenarios teóricos, sino amenazas reales que deben ser anticipados por el sector.Una filosofía que ha llevado a AEPA a impulsar activamente la profesionalización del sector, concienciando a los protagonistas (fabricantes, instaladores, mantenedores) que vayan más allá de lo exigido por la normativa, promoviendo la formación, la concienciación y la adopción de buenas prácticas que garanticen la seguridad real en el uso de puertas automáticas. Nuestro compromiso es con el usuario final, con su integridad, y con la profesionalización del sector ante un futuro cada vez más exigente.